marzo 03, 2009

Quinto Tema: DANIEL Y EL USO DE PARADIGMAS

Hemos insistido en que un aspecto muy importante en la Literatura Apocalíptica es la coherencia. El género literario, como tal, es muy complejo, razón por la cual no podía ser, además, arbitrario.
Esta búsqueda de coherencia está muy presente en el libro de Daniel, especialmente si comparamos los pasajes relacionados con Antíoco IV Epífanes con los vinculados a Vespasiano.
Vamos a comentar algunos aspectos de los capítulos 7 y 8, en donde son evidentes semejanzas que van más allá de lo estructural:
1. Ambos pasajes están elaborados a partir de visiones de “bestias”, mismas que representan Imperios.
2. Los cuernos son otro elemento recurrente en las bestias, y es claro que representan reyes.
3. Ambas visiones tienen como objetivo hablar del “cuerno final”, descrito como alguien terrible y a quien se le concede imponerse, por un tiempo, a los hijos de D-os.
4. Ambas visiones concluyen con la derrota de dicho cuerno, lograda por D-os mismo como preludio al establecimiento del Reino Mesiánico.
Justamente, las similitudes nos obligan a suponer que son dos personajes diferentes, y no sólo Antíoco IV Epífanes como suele sostener la Crítica Bíblica. ¿Por qué? Porque, en realidad, Daniel 7 no ofrece más información que la que ofrece Daniel 8. Hablar de dos visiones que se refieran a lo mismo es algo frecuente en la apocalíptica, pero no de este modo. Por ejemplo, la visión de Daniel 8 habla de lo mismo que la de Daniel 10-11; precisamente, por ello son diferentes en su forma de plantearse, y la información que ofrecen los capítulos 10-11 complementa en gran medida la que ofrece el capítulo 8.
Pero eso no sucede con el capítulo 7. Por lo tanto, es más lógico suponer que se trata de otros acontecimientos, pero que guardan algo en común con los capítulos 8, 10 y 11. O, dicho de otro modo, que Vespasiano tuvo algo similar a Antíoco IV Epífanes.
Llegados a este punto, lo más lógico es suponer que los Esenios vieron en el texto original de Daniel la base para construir una serie de paradigmas que les permitiera identificar los elementos del proceso de cumplimiento de las profecías.
Veámoslo desde esta óptica: en un principio, se pensó que Antíoco IV Epífanes era el gran enemigo escatológico de los judíos. Sin embargo, fue derrotado y el Reino Mesiánico no llegó. Con todo y ello, no se puso en tela de juicio la “realidad” de que algún día aparecería el verdadero enemigo escatológico. ¿Qué fue, entonces, Antíoco IV Epífanes? ¿Sólo otra anécdota en la Historia del Pueblo Judío? No. Si los profetas anteriores lo señalaron con un perfil escatológico, fue porque Antíoco IV representaba el modelo de lo que sería, eventualmente, el enemigo escatológico. El paradigma.
¿Por qué Daniel 7 está redactado de un modo muy similar a Daniel 8 (bestias, cuernos)? Precisamente, para demostrar que Vespasiano se ajustaba al paradigma establecido por Antíoco IV Epífanes.
De hecho, esa construcción de ideas estuvo tan bien realizada, que los “especialistas” en profecía de las iglesias cristianas fundamentalistas siguen enredándose con estos paradigmas, y frecuentemente argumentan que si Daniel 8 habla de Antíoco IV Epífanes (por ejemplo), es porque dicho emperador sirio es un “tipo” (o paradigma) del Anticristo. Es decir: siguen en la misma postura de los Esenios, esperando la llegada del enemigo escatológico, y asumiendo que todos los anteriores que parecía que lo eran (Antíoco IV y Vespasiano de entrada, pero añadiendo a Torquemada, Hitler, Saddam Hussein o quien quieran) sólo fueron expresiones paradigmáticas de lo que aún está por venir.
Este punto nos muestra que, en cierto nivel, los Esenios también aceptaban que la Historia tiene aspectos cíclicos, cuyo objetivo sería identificar las etapas que se vivían. Seguramente, al establecer a Antíoco IV como paradigma, calcularon que algún día llegaría alguien muy similar, sólo que de proporciones terribles, que llevaría hasta sus últimas consecuencias el rol alguna vez ejercido por Antíoco IV. Lógicamente, cuando Vespasiano asumió la dirección de la guerra contra la sublevación judía, el panorama quedó perfectamente claro: Vespasiano era el cumplimiento del paradigma. En consecuencia, elaboraron los anexos al libro de Daniel en donde dejaron testimonio de cómo interpretaban a este nuevo enemigo del pueblo de D-os: hecho totalmente según el modelo de Antíoco IV, pero infinitamente más terrible. Por eso, la bestia que en Daniel 8 es un macho cabrío, en Daniel 7 es “espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias”. Dicho crecimiento exponencial de los atributos de la bestia no fueron gratuitos: definitivamente, no era lo mismo enfrentar al Imperio Seléucida cuando estaba empezando su decadencia, que al Imperio Romano cuando empezaba su ascenso.

Nótese que el texto tardío (Daniel 7) fue puesto antes del texto original (Daniel 8), seguramente para dejar claro el paradigma. Del mismo modo, el texto tardío que entra en detalles sobre la guerra (Daniel 9.24-27) fue puesto antes del texto original avocado al mismo tema (Daniel 11). Ambos textos están precedidos por una extensa sección a modo de introducción (Daniel 9.1-23 y 10.1-11.1).
Nuevamente, estamos frente a textos que presentan una duplicidad estructural. Insistimos: si se trataba de decir lo mismo (en el caso de que todo se refiera a la guerra Macabea), no tiene sentido. En cambio, la cosa es diferente si el asunto era mostrar como la guerra contra Roma era, en esencia, lo mismo que la guerra Macabea, sólo que llevada a sus dimensiones escatológicas.
Si los Esenios hubieran sobrevivido a la guerra contra Roma, seguramente hubieran seguido añadiendo textos para explicar sus paradigmas. De todos modos, sería cuestión de unos siglos para que esa labor la empezaran a desarrollar algunos grupos cristianos.
Los fascinados con la apocalíptica, por supuesto.

Cuando estemos revisando algunos temas en relación a los Rollos del Mar Muerto, vamos a retomar el asunto de los paradigmas para intentar aclarar algunos de los aspectos más confusos en torno a esos libros.
Considerando que en el libro de Daniel es muy claro el uso de estructuras paradigmáticas, proponemos que estos conceptos ayudan mucho y correctamente a la hora de revisar otros textos de carácter apocalíptico.

2 comentarios:

  1. Arvinka la explicación que das sobre que la historia tiene aspectos ciclicos es muy cierta, porque no podemos trasladar esos aspectos historicos de la antiguedad a la actualidad, me vas a ayudar mucho a entender el libro de Daniel y justo uno que esta circulando de Daniel y las no se cuantas semanas.

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  2. Setenta Semanas. ¿Otro libro más al respecto? Puedes checar la nota anterior a esta, en donde analizo el asunto. Si tienes más comentarios que hacer sobre el tema, te agradeceré que los vayas subiendo.

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