mayo 02, 2009

Doceavo Tema: PERFIL APOCALÍPTICO DEL EVANGELIO ORIGINAL (PRIMERA PARTE)

¿Por qué la insistencia en que el Evangelio Original fue un documento de perfil Esenio-Qumranita? En general, la posibilidad de que Jesús de Nazareth haya sido un Esenio-Qumranita está descartada por la mayoría de los especialistas.
Dicha conclusión se basa en un argumento bastante sencillo, aparentemente: muchas de las enseñanzas de Jesús no concuerdan con el ideario religioso, y menos aún con el político, de los Esenios-Qumranitas. ¿Cómo podemos saber eso? Pues revisando lo que Jesús enseñó y que está en los Evangelios, como —por ejemplo— en el Sermón del Monte.
Ya es momento en el que podemos decir, basándonos en toda la evidencia analizada en las notas anteriores, que dicha postura comete dos errores trascendentales:
1. No toma en cuenta que el Nuevo Testamento en general, y los Evangelios en particular, no fueron documentos escritos de golpe, sino resultado de amplios procesos en los que se fueron alterando, agrandando, corrigiendo y depurando los documentos originales. Parece mentira, pero una idea tan simple para la Historiografía, es pasada por alto al considerar que lo que el Nuevo Testamento enseña es lo que Jesús enseñó. Un simple criterio historiográfico nos diría, de entrada, que lo que el Nuevo Testamento enseña es lo que los seguidores de Jesús (desde el siglo II hasta el siglo IV) creyeron sobre Jesús. Y eso es una gran diferencia. Por lo tanto, citar las enseñanzas del Nuevo Testamento como argumento para alejar a Jesús del posible perfil Esenio-Qumranita es improcedente. Lo correcto es decir que el Nuevo Testamento no es un documento Esenio-Qumranita. Aunque es evidente que varios fragmentos del mismo, originalmente debieron ser documentos obtenidos de ese contexto judío radical (ya vimos el caso del Apocalipsis de Juan, y estamos por entrar en el análisis del Evangelio Original), y posteriormente procesados y transformados por la Iglesia Primitiva para que pudieran ser incorporados a la tradición e ideología cristiana. Pero, insisto, eso afecta única y exclusivamente el juicio que podemos hacer sobre el Nuevo Testamento (las creencias de los seguidores de Jesús), no sobre Jesús mismo.
2. No toma en cuenta las aportaciones que la crítica redaccional puede hacer sobre la principal fuente de información que tenemos sobre el Jesús histórico: los Evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Más allá de que tan simple o que tan complejo sea enfocado el proceso redaccional de los Sinópticos, está admitido que por lo menos hubo dos documentos escritos originales, a partir de los cuales se dio un complicado proceso de evolución literaria. En la versión más sencilla (insuficiente, en realidad, para explicar todas las aristas del tema), dichos documentos fueron el Evangelio de Marcos y el Documento Q. En la versión más compleja del fenómeno (más satisfactoria, a mi gusto), se contempla la existencia de un documento inicial (que hemos llamado aquí Evangelio Original), que recibió una serie de añadidos que, una vez consolidados en el texto, fueron la base para el posterior desarrollo de los Evangelios de Mateo y Marcos, mientras que el de Lucas estuvo basado en una versión más próxima a la original, o acaso la original misma. De todos modos, una cosa es segura: es imposible imaginar que tengamos contacto real y directo con el documento original escrito por un seguidor de Jesús. Por medio de la confrontación de los tres textos que conocemos (Mateo, Marcos y Lucas), podemos acercarnos al Evangelio Original, pero el tal es irrecuperable al 100%, y eso nos obliga a trabajar permanentemente no con lo que Jesús enseñó, sino con lo que sus posteriores seguidores creyeron que había enseñado. Y llegamos al mismo lugar que en el punto anterior: no podemos asegurar de modo definitivo que Jesús dijo todo lo que los Evangelios Sinópticos dicen que dijo. Hay suficiente evidencia para dudar de que muchas de sus enseñanzas hayan sido, en realidad, suyas, y cabe la probabilidad de que la ulterior tradición cristiana se las haya atribuido.
La consecuencia inevitable de estos aspectos es que resulta improcedente rechazar cualquier perfil posible de Jesús, si la base de dicho rechazo es que sus enseñanzas no concuerdan con tal o cual aspecto de tal o cual perfil.

Por el otro lado, una cosa es descartar que se pueda descartar el vínculo de Jesús con la comunidad Esenia-Qumranita. Pero ¿es posible llegar al otro extremo, que es la plena identificación de Jesús como Esenio-Qumranita?
En términos definitivos, es obvio que no. La Historia no es una ciencia exacta. Pero lo que sí se puede hacer es volver a revisar la evidencia tomando en cuenta las conclusiones que hemos obtenido a partir de la crítica redaccional de los Evangelios Sinópticos.
Dicho de otro modo, se trata de acercarnos a las posibles enseñanzas del Jesús histórico. ¿Cómo? Tomando como base el acercamiento que hemos hecho al Evangelio Original. No todo el material del Nuevo Testamento nos ofrece un panorama exacto de las enseñanzas de Jesús, ya que mucho fue incorporado en el transcurso de los cien años siguientes a la redacción del Evangelio Original, y es probable que se usasen fuentes que no provenían directamente de Jesús.
¿Qué es lo que sí podemos suponer que se remonta a Jesús? El contenido del probable Evangelio Original.
Claro: la reconstrucción de dicho texto que propusimos anteriormente no pretende ser exacta al 100% (sería imposible), por lo que no procede intentar analizar cada detalle del texto. Es un hecho que aún el texto que podemos recuperar del Evangelio Original presenta añadidos o correcciones posteriores. Pero de todos modos sirve como punto de partida.
Serán dos los aspectos a tomar en cuenta para poder deducir qué tan cerca podemos estar de las enseñanzas originales de Jesús: si encontramos que Mateo, Marcos y Lucas narran lo mismo, pero de modo muy diferente (como ya vimos en algunos casos de la última sección del Evangelio), es muy probable que estemos ante un tema abordado por Jesús, pero cuya forma actualmente conocida haya sido elaborada por el cristianismo primitivo, por lo que resulte imposible concluir que Jesús lo enseñó de ese modo. En cambio, si encontramos que Mateo, Marcos y Lucas nos narran el mismo evento de un modo casi idéntico, es altamente factible que estemos frente a una enseñanza de Jesús bien conservada durante el proceso de reelaboración de los Evangelios.
Desde esta óptica, hay un pasaje que destaca por encima de todos, ya que se trata de un extenso discurso de Jesús, y lo encontramos en los tres Evangelios Sinópticos. Por lo tanto, es seguro que fue parte del Evangelio Original. Además, las versiones de Mateo, Marcos y Lucas son casi idénticas, por lo que es seguro que su contenido original ha sido respetado al máximo.
Se trata del discurso apocalíptico de Mateo 24 / Marcos 13 / Lucas 21. Y no hay ninguna duda de que es un discurso netamente apocalíptico, ya que hace un uso perfecto de las dos características esenciales de la apocalíptica: el tema es el Fin de los Tiempos, y el estilo se basa en un simbolismo abigarrado.
Vamos comparando parte por parte:

1. Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
2. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.
3. Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte,
diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Mateo 24

1. Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
2. Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.
3. Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte:
4. Dinos, ¿cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?

Marcos 13

5. Y a unos que hablaban de que el templo estaba adornado de hermosas piedras y ofrendas votivas, dijo:
6. En cuanto a estas cosas que veis, días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.
7. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo será esto? ¿Y qué señal habrá cuando estas cosas estén para suceder?

Lucas 21

Es evidente que el planteamiento previo al discurso es el mismo: a partir de un comentario de Jesús sobre la futura destrucción del Templo, los discípulos le preguntan cuándo habría de suceder esto.
La única diferencia interesante sería el hecho de que Mateo dice “el fin del siglo” (expresión equivalente a Fin de los Tiempos), mientras que Marcos y Lucas sólo preguntan por “cuándo habrán de cumplirse” o “cuándo habrán de suceder”. Pero la diferencia tiene sentido: el texto de Mateo está vinculado con el territorio de Judea, y está aceptado que fue un evangelio dirigido a judíos; por ello, resulta lógico que usase un lenguaje fácilmente entendible por los judíos. En cambio, los otros dos evangelios estuvieron dirigidos a no judíos (latinos, en el caso de Marcos, y griegos en el de Lucas). Y por ello no tiene nada de extraño que una frase demasiado propia del contexto cultural judío haya sido cambiada.
Hay otro detalle que también es sobresaliente: Jesús estaba seguro de que el Templo sería destruido. La explicación más convencional es que, dada su naturaleza divina, lo sabía todo. Naturalmente, esa opción está descartada desde la perspectiva de la Crítica Bíblica, ya que sólo puede ser sostenida por creyentes tradicionalistas.
Hecha esta aclaración, hay que decir que resulta muy extraño que Jesús haya estado tan seguro del ominoso destino del centro de la vida religiosa judía, en una fecha tan temprana como los años 26-30 (cuando Jesús pudo haber dicho este discurso), si semejante acontecimiento se dio hasta el año 70.
Y este es el primer punto que nos empieza a acercar a Qumrán: los Esenios-Qumranitas, disidentes de origen saduceo que estaban convencido de que los liderazgos sacerdotales impuestos por Roma eran ilegítimos, también estaban seguros que la remodelación y embellecimiento arquitectónico que tuvo el Templo de Jerusalén a iniciativa de Herodes era una aberración, y está de sobra documentado en los Rollos del Mar Muerto que ellos se imaginaban un Templo muy distinto, dirigido por gente muy distinta. Por lo tanto, una parte esencial de sus perspectiva apocalípticas era que el Templo TENÍA QUE SER DESTRUIDO. Y esa idea la tenían desde muchas décadas antes de que naciera Jesús.
Dicho de otro modo: Jesús, al dar por hecho que el Templo iba a ser destruido, se está expresando como Esenio-Qumranita. Y estamos frente a su único discurso largo del que no tenemos dudas sobre su autoría.

4. Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
5. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.
6. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.
7. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.
8. Y todo esto será principio de dolores.

Mateo 24

5. Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe;
6. porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.
7. Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin.
8. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.

Marcos 13

8. El entonces dijo: Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.
9. Y cuando oigáis de guerras y de sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero el fin no será inmediatamente.
10. Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación, y reino contra reino;
11. y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.

Lucas 21

La primera parte del discurso como tal inicia con un típico recuento de señales, en evidente estilo apocalíptico: la aparición de “falsos ungidos (Mesías, en hebreo; Cristos, en griego)”, la posibilidad de ser engañados, la aclaración de que el fin no es inmediato a esto, el levantamiento de una nación contra otra, y un cúmulo de señales muy repetidas en Daniel, Enok y el resto de la Literatura Apocalíptica: terremotos, hambres, pestes y “señales en el cielo”.
El punto importante es claro: las variantes son irrelevantes. Se ha respetado la esencia del discurso, así que podemos dar por hecho su autenticidad.

9. Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.
10. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.
11. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;
12. y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.
13. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
14. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.

Mateo 24

9. Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.
10. Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.
11. Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.
12. Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán.
13. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Marcos 13

12. Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y ante gobernadores por causa de mi nombre.
13. Y esto os será ocasión para dar testimonio.
14. Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa;
15. porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.
16. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros;
17. y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
18. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas.

Lucas 21

La misma situación: el contenido es el mismo, aunque haya variantes de orden. Se menciona la futura persecución contra los seguidores de Jesús, la forma en la que esto servirá como escaparate para la proclamación de su mensaje, la posibilidad de ser traicionados, y el exhortó a perseverar hasta el fin para ser salvados.

15. Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),
16. entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.
17. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa;
18. y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
19. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
20. Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;
21. porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá.

Mateo 24

14. Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
15. El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa;
16. y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.
17. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días!
18. Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno;
19. porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá.

Marcos 13

20. Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado.
21. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella.
22. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
23. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo.
24. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones…

Lucas 21

Ya habíamos comentado en una nota anterior que la única diferencia relevante en esta sección es que lo que Mateo y Marcos llaman “la abominación desoladora de Daniel”, para Lucas es “Jerusalén rodeada de ejércitos”. Es probable que las comunidades griegas para las que Lucas escribió no tuvieran acceso fácil al libro de Daniel, y por ello resulta lógico que Lucas opte por no usar el término técnico entendible para muchos judíos, o para quienes tuvieran acceso al libro de Daniel, y lo ponga en palabras más digeribles desde un principio.

22. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.
23. Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
24. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
25. Ya os lo he dicho antes.
26. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis.
27. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
28. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.

Mateo 24

20. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días.
21. Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis.
22. Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.
23. Mas vosotros mirad; os lo he dicho todo antes.

Marcos 13

(24B) y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
Lucas 21

Esta es la única sección disímil de todo el pasaje. Sólo hay una ligara concordancia en la primera frase: lo que para Mateo y Marcos es “si esos días no se acortan nadie se salvará”, parece ser traducido por Lucas como “los tiempos de los gentiles se cumplirán”.
De todos modos, el resto de la sección no existe en Lucas. ¿Refuerza esto la idea de que Mateo y Marcos (o los copistas que le dieron forma final a los respectivos textos) tuvieron acceso a una versión diferente del Evangelio Original que la que usó Lucas (y los copistas posteriores a él)?
En este caso, no necesariamente. En realidad, debe tomarse en cuenta que el contenido de esta sección es una réplica de un tema que ya se había abordado al principio del discurso: el advenimiento de falsos ungidos.
Es muy probable que los que elaboraron las versiones primigenias de cada evangelio se hayan encontrado con este pasaje, y que se hayan dado cuenta de que era una repetición estrictamente innecesaria. Podemos suponer eso porque es evidente que se plantearon diferentes soluciones para el detalle: Mateo es el texto donde mejor se “adorna” la situación: se cita a Jesús diciendo “ya os lo he dicho antes” (como si de ese modo se justificara la duplicación), y se agregan algunas sentencias que le dan cierta originalidad a este pasaje (“como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”, y “dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas”). En cambio, Marcos opta por la austeridad, y muy seguramente conserva el texto tal y como lo ofrecía el Evangelio Original, llamando la atención que usa la frase “ya os lo he dicho todo antes” de un modo distinto a Mateo. El uso del griego “panta” (todo) en Marcos le da un sentido diferente a la frase: Jesús está advirtiendo que ya ha anunciado todo lo que tiene que suceder; en cambio, en Mateo sólo parece estar repasando un punto dicho con anterioridad. Insistamos: es más factible que Mateo haya hecho la corrección, y que Marcos haya conservado el texto original, debido a que en este último se presenta la duplicación de temas sin más, y en Mateo es evidente un intento de amortiguar la deficiencia retórica. Lucas, muy en su estilo, se plantea una solución más radical: elimina el error retórico. Dado que el contenido esencial de la sección ya estaba al principio, es probable que simplemente haya quitado este duplicado para evitar una redundancia.

29. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
30. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.
31. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
33. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las
puertas.
34. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
35. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Mateo 24

24. Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor,
25. y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas.
26. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.
27. Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
30. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
31. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Marcos 13

25. Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
26. desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
27. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.
28. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.
29. También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
30. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.
31. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
32. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.
33. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Lucas 21

Esta es la secuencia de más evidente perfil apocalíptico y qumranita: retomando la duplicación de un tema ya mencionado previamente, Jesús entra en detalles sobre las “señales en el cielo”: el sol, la luna y las estrellas afectados (en Lucas se agregan señales en el mar), para luego dar paso al avistamiento del Hijo del Hombre regresando en su gloria acompañado de los ejércitos celestiales, preludio a la redención de los hijos de D-os. Luego sigue la comparación del Fin de los Tiempos con el florecimiento de una higuera, la advertencia de que los apóstoles serían testigos directos de todos estos prodigios, y la promesa de que las palabras que Jesús había pronunciado allí no dejarían de cumplirse.
También aquí es evidente una labor didáctica de parte de Lucas: cambia la idea “reunirá a sus escogidos de los cuatro confines de la tierra” por “levanten la cabeza, porque la redención está cerca”. La expresión conservada por Mateo y Marcos es, nuevamente, muy propia del judaísmo, y es evidente que Lucas la simplifica para el contexto griego. Esta situación (similar a la de la “abominación desoladora de Daniel”) nos invita a pensar que las comunidades para las que se preparó esta versión griega del Evangelio, no disponían de los textos de la Biblia Hebrea, por lo que no estaban familiarizados con muchas expresiones típicamente judías. Evidentemente, los cristianos de Roma tenían acceso y conocimiento de todo ello, por lo que en el Evangelio de Marcos no hubo necesidad de hacer este tipo de paráfrasis, lo mismo que en el de Mateo, vinculado con el territorio de Judea y, por lo tanto, con gente que también entendía bien este tipo de expresiones.
El discurso, como tal, casi concluye en este punto. Evidentemente, la última frase era algo así como “velad porque no sabéis cuando serán todas estas cosas”, y en ese punto cada evangelista (o cada grupo de copistas) se tomó las mayores libertades. Este es el modo en el que cada quien resolvió el final:

36. Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
37. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
38. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
39. y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
40. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado.
41. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada.
42. VELAD, PUES, PORQUE NO SABÉIS A QUÉ HORA HA DE VENIR VUESTRO SEÑOR.

Mateo 24

32. Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
33. MIRAD, VELAD Y ORAD; PORQUE NO SABÉIS CUÁNDO SERÁ EL TIEMPO.
34. Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
35. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana;
36. para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo.
37. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.

Marcos 13

34. Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.
35. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36. VELAD, PUES, EN TODO TIEMPO ORANDO QUE SEÁIS TENIDOS POR DIGNOS DE ESCAPAR DE TODAS ESTAS COSAS QUE VENDRÁN, Y DE ESTAR EN PIE DELANTE DEL HIJO DEL HOMBRE.

Lucas 21

Es la única sección donde no hay nada de uniformidad. Las frases resaltadas con mayúsculas (altas) son las que, por su similitud, evidentemente se derivan de la frase con la que concluía el pasaje en el Evangelio Original.

No es un secreto la similitud con textos recuperados en Qumrán. Por ejemplo, veamos un texto de La Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas en el que también se menciona explícitamente la llegada del rey, acompañado por nubes (símbolo de sus ejércitos):

“Porque el Señor es Santo, y el rey glorioso está con nosotros, el pueblo de sus santos. Los ejércitos del ejército angélico están entre nuestros reclutados, el poderoso guerrero está con nuestra asamblea, y la hueste de sus espíritus con nuestra infantería y nuestra caballería. Son como un banco de nubes, como nubes de rocío que vienen a cubrir la tierra, y como aguacero copioso que riega juicio sobre todo lo que en ella crece”.

Respecto a la angustia de las naciones y la redención de los justos, el mismo rollo dice:

“Pues será un tiempo angustioso para Israel, declaración de guerra contra todos los gentiles. La heredad de D-os tendrá la redención eterna, pero todas las naciones malvadas serán exterminadas”.

Repasemos los datos evidentes hasta este punto:
1. El discurso recopilado en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21 se presenta en las tres versiones con las suficientes similitudes como para no dudar de su autenticidad. Esto quiere decir que fue parte del Evangelio Original, y que seguramente fue pronunciado por Jesús mismo.
2. Es un discurso apocalíptico en toda regla, con evidentes referencias a la guerra que se tendría que enfrentar contra Roma, conclusión a la que nos lleva sus similitudes con el texto de Qumrán “La Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas”.
3. El único tipo de literatura judía de esa época con características similares son los Rollos del Mar Muerto, de la secta Esenia-Qumranita.
4. En consecuencia, es evidente que Jesús se expresó perfectamente como Esenio-Qumranita en el único discurso largo conservado por el Nuevo Testamento del que no hay dudas sobre su autenticidad.

Este análisis del discurso auténtico más largo de Jesús nos pone en ruta: el perfil del Evangelio Original era apocalíptico.
En la siguiente nota, analizaremos otra serie de detalles relevantes del Evangelio Original en los que se refuerza el perfil apocalíptico, y con ello el vínculo de Jesús con la secta Esenia-Qumranita.

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