mayo 29, 2009

SÉPTIMO ASUNTO: EL ORIGEN DEL CRISTIANISMO

¿De dónde surgió el cristianismo? La respuesta parece simple: de Jesús. Y en consecuencia, se da por sentado que los primeros cristianos fueron judíos. Sin embargo, al enfrentarnos a la posibilidad de que el Jesús histórico haya sido un nacionalista radical, involucrado en el movimiento apocalipticista más complejo de su época -el Esenio-Qumranita-, resulta difícil imaginar que ese personaje "fundara" una religión tan ajena al espíritu anti-romano de los Esenios.
La evidencia histórica corroboran que dicha identificación es imposible, ya que los dos grupos judíos que mantuvieron un vínculo con Jesús, que sobrevivieron a la tragedia del año 70, y que coexistieron con la Iglesia durante su primera fase de desarrollo, NUNCA se consideraron cristianos.
Nos referimos a los Ebionitas y a los Nazarenos-Mandeanos, de quienes escribieron en los siglos II y III Ireneo de Lyon y San Jerónimo.
El estudio imparcial de la evidencia nos lleva a una conclusión poco agradable para muchos: el cristianismo no empezó con Jesús. De hecho, es totalmente ajeno a Jesús. En consecuencia, hay que explorar los otros grupos del judaísmo del siglo I para poder entender por qué a principios del siglo II, ya se había conformado una comunidad no judía que había incorporado como su deidad a una persona de la que, en realidad, no sabían nada, debido a que los textos que hablaban sobre él estaban codificados al modo Esenio.

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